Silvina Chemen, Buenos Aires, Argentina
Aharón, el hermano de Moshé es testigo de dos tragedias. La primera y más grave es la muerte de sus dos hijos Nadav y Avihú como leemos en Vaikrá: “Y tomaron Nadav y Avihú, hijos de Aharón, cada uno su incensario y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Adonai un fuego extraño que Él nunca les ordenó. Y salió fuego delante de Dios y los quemó, y murieron delante de Adonai.” (Vaikrá- Levítico 10:1) Una muerte sin explicación alguna, más que el “fuego extraño” que fue ofrendado y aparentemente rechazado. Y ¿cuál fue la reacción de Aharón? “Entonces dijo Moshé a Aharón: “Esto es lo que habló Dios, diciendo: “En los que se acercan a Mí me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aharón calló” (Vaikrá- Levítico 10:2-3) No estamos comentando parashat Jukat, que es la que corresponde a este espisodio. Sólo lo mencionamos para cotejar la reacción de Aharón ante la repentina muerte de sus hijos con este relato que aparece en parashat Behaalotjá. “Miriam y Aharón hablaron contra Moshé a causa de la mujer cushita que había tomado; porque él había tomado mujer cushita. Y dijeron: ¿Solamente por Moshé ha hablado el Eterno? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó el Eterno. Y aquel varón Moshé era humilde, más que todos los hombres que había sobre la tierra. Luego dijo el Eterno a Moshé, a Aharón y a Miriam: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. Entonces el Eterno descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aharón y a Miriam; y salieron ambos. Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta del Eterno, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moshé, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia del Eterno. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moshé? Entonces la ira del Eterno se encendió contra ellos; y se fue. Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que Miriam estaba metzoraat (cubierta con una enfermedad blanquecina en la piel) como la nieve; y miró Aharón a Miriam, y he aquí que estaba metzoraat”. (Bemidbar- Números 12:1-10) Podríamos también detenernos en el castigo a Miriam o por qué Aharón no fue castigado como su hermana; quién es la mujer cushita- si es Tzipora u otra mujer, qué dijeron de ella, qué tiene que ver el primer reclamo con el segundo… temas muy interesantes para investigar. Pero hoy quiero detenerme en la reacción de Aharón. Veamos lo que hace: Dijo Aharón a Moshé: “Ruégote, señor mío, no hagas recaer sobre nosotros pecado, ya que hemos sido necios, y hemos errado. Y, ahora, que no sea ella cual muerto, que al salir él del seno de su madre se habrá consumido la mitad de su carne”. Clamó Moshé a Adonai diciendo: “Dios, te ruego, cúrala ahora”. Dijo Adonai a Moshé: “Si su padre la hubiese repudiado -en presencia de ella-, ciertamente hubiera sufrido oprobio siete días; quede recluida siete días fuera del campamento y después sea recogida”. (Números 12:11-13) Como podrán ver Aharón intercede ante Moshé, pide por la salud de su hermana. No tolera el castigo. Reacciona, se asusta, actúa para evitar lo peor. Y sin embargo, cuando murieron sus hijos, lo único que escuchamos de él es el silencio. No puedo dejar de preguntarme qué es lo que sucedió en la psiquis y en el alma de Aharón. Y además no puedo dejar de pensar qué nos está queriendo enseñar todo esto. Una misma persona, dos situaciones trágicas, una que le sucede a sus hijos primero y otra a su hermana después y dos reacciones tan diferentes. Aparentemente uno podría interpretar apresuradamente que el silencio ante la muerte de sus hijos fue cobardía, sumisión, aceptación de un destino trágico… vaya uno a saber. En líneas generales preferimos al Aharón de esta parashá, al que intercede, al que no acepta la implacabilidad del designio divino y se moviliza para conseguir el alivio de su hermana. Es verdad; una situación deviene en muerte y otra en enfermedad. Quizás sea éste el motivo de la diferencia. O quizás en este segundo episodio Aharón comprendió que la falta de palabra, que su silencio no fue un recurso que lo ayudó a sobrellevar la tragedia. Entonces, ante una segunda situación dramática decide no repetir la misma reacción que tuvo en la primera. También eso puede ser. Les propongo una tercera posibilidad: El aparente motivo de la muerte de los hijos de Aharón fue la ofrenda de un fuego “extraño”. No sabremos lo que es pero sí podemos reconocer que estamos hablando de un “asunto” entre Nadav y Avihú con Dios. Una ofrenda no pedida, un fuego no reglamentado, una situación entre dos sacerdotes y la divinidad, que termina en tragedia- sin explicaciones. En nuestro segundo caso en cuestión, el motivo de la enfermedad de Miriam es atribuido a una falta entre seres humanos, la palabra que denigra y humilla, la crítica destructiva, las habladurías… Actitudes que se eligen tomar en la vida y que tienen sus consecuencias. En este caso, Aharón habla, ruega y reconoce la falta y la necedad de sus actitudes y le pide a Moshé que interceda ante Dios para que la sane. Luego de la plegaria de Moshé y de 7 días de purificación, Miriam se sana y todo el pueblo espera el proceso de su sanación para continuar la marcha. Estamos hablando de dos realidades totalmente diferentes. Una tiene que ver con aquellas situaciones que nos suceden, inexplicablemente, aquéllas que nos dejan atónitos, aquéllas que nos sorprenden sin haberlas provocado. Y estoy hablando casi exclusivamente de nuestro encuentro con la muerte de quienes queremos; con la aparición de enfermedades terminales, cruentas, de accidentes y tragedias… ante esa realidad, la reacción es el silencio, es el contacto íntimo e irresuelto con el misterio de la vida y la muerte; es quizás sobre lo único que nosotros como humanos no tenemos control. Y no es falta de reacción, como algunos pretenden inculparlo a Aharón- sino que no hay acción posible que revierta lo que nos está sucediendo, más que silenciarnos y aprender a vivir con esa nueva realidad con las que nos toca seguir transitando. Diferente es lo que le sucedió a Aharón con Miriam. Ambos hablaron mal de la mujer de Moshé, ambos se quejaron por esa aparente predilección que tenía Dios por su hermano, mucho más que hacia ellos (que vaya aclararlo, ocupaban lugares centrales en la organización el pueblo). Utilizaron mal sus recursos, sus lugares de privilegio, sus inteligencias, para pelear por poder y denigrar con sus palabras. Acá la realidad sucede entre personas, y las consecuencias son el final de las acciones que se desplegaron, acá en la tierra, entre hermanos- en este caso. Acá sí hay lugar para la intervención humana, para la reacción, el pedido de Aharón para modificar el curso del destino de la salud de su hermana. En este caso la actitud de Aharón es una respuesta a su entendimiento: él comprende el motivo de la tragedia que está viviendo su hermana, lo reconoce y se compromete a modificarlo. En el otro caso, también su respuesta silenciosa es una respuesta a su entendimiento: él comprende que los humanos tenemos ese límite: el de no poder gobernar ni influir en las situaciones que nosotros no provocamos y que nos suceden a todos, el de no poder modificar lo que nunca sabremos, el momento de la partida, el modo de la partida, las circunstancias de la partida. Cada situación merece una reacción diferente. No nos confundamos ni hagamos silencio cuando tenemos chances de pelearla, ni intentemos adueñarnos de lo que no somos dueños. Así de corto y de difícil es nuestro desafío ante los momentos difíciles de la vida. Ojalá podamos tener el entendimiento de Aharón para elegir el mejor camino. Shabat Shalom Silvina Chemen uí para modificar.
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Edith Blaustein, Jerusalem, Israel
Nos encontramos en el mes de Tamuz, donde recordamos que Moisés rompió las Tablas de la Ley. Es una época de quiebres, similares a los que encontramos en la Parashá de esta semana: la muerte de Miriam y la de Aarón. La esencia de las fracturas es base esencial para la vida del hombre. Sabemos que las crisis tienen en si mismas la raíz y la potencia de nuevas oportunidades de nuevos desafíos, aunque es difícil, cuando nos encontramos sumidos en el desconcierto y la depresión, poder ver la fuente de luz en las propias tinieblas. En el texto encontramos varios quiebres, la Parashá nos sitúa luego de los 40 años en el desierto, desaparece todo a lo que se habían acostumbrado durante este periodo. En Rosh jodesh (inicio del mes) de Nisán, muere Miriam y desaparece el pozo de agua que acompañaba al pueblo. En Rosh jodesh Av muere el hermano de Moisés, el Sumo Sacerdote, Aarón, que atesoraba el cariño de todos, y con su partida desaparece la nube que guiaba al pueblo. Comparada con sus dos hermanos, la figura de Miriam queda relegada a un segundo plano. Celebramos su hermosa canción en las orillas del Mar Rojo, la que inicia el camino hacia la libertad. Podemos decir que la fama de Miriam en la actualidad está basada en el hecho de ser una de las pocas mujeres que aparecen en el Pentateuco. Rashi notó la extraña yuxtaposición que hace el texto al mencionar la muerte de Miriam y la falta de agua y concluyó que “de esto aprendemos que el pueblo tuvo los cuarenta años un pozo por mérito de Miriam”. El pozo de Miriam entró al Midrash como un testimonio de la grandeza de esta líder única. La integridad de Miriam, su piedad, su preocupación y cuidado fueron tales que Dios proveyó de un pozo que se movía con el pueblo en la travesía en el desierto hasta el momento de su muerte. Sin Miriam, no hubo más agua, sólo luego de su muerte nos enteramos de que Dios premió sus meritos. El lugar de Miriam en la leyenda judía nos señala dos lecciones que podemos extraer para llevar con nosotros en la travesía por nuestro propio desierto. Mientras que los profetas masculinos enfatizan el poder de las palabras, la centralidad de las normas de conducta, la santidad de la justicia, la profecía de Miriam estuvo basada en los hechos. Mas que dar discursos, o administrar justicia, ella se concentró en enseñar a su pueblo a cantar en los momentos de alegría, se preocupó de su sustento en un periodo de exposición y fragilidad. El ejemplo de la hermana de Moisés, al igual que innumerables mujeres luego de ella, es de acción, hechos de amor y apoyo a los que la rodean. La trágica realidad es que, para muchas mujeres, el único reconocimiento es la mención tardía de sus historias. Las crisis que vivimos en el correr la vida nos hacen más permeables para ver todo lo que tenemos que agradecer a quienes, en silencio, nos ayudan día a día en las más diversas situaciones. Es allí cuando nos damos cuenta que la fuerza y el tesón de continuar, surgen cuando ya pensamos que nuestras fuerzas llegaron a su fin. En esta Parashá el pueblo de Israel entona un cántico, distinto al canto en el Mar Rojo. Aquí se encuentran solos, ya sin Miriam ni Aarón, pero esta canción surge luego de todas las dificultades. Porque recién luego de la total oscuridad empieza a clarear. Sólo de la más profunda oscuridad surge el amanecer. Ría Okret, Montevideo, Uruguay
Éste es el tercer año consecutivo que me toca hablar de Beshalaj. ¡La verdad que es una suerte que las parshiot de nuestra Torá toquen tantos temas! Hace dos años hablé del miedo a la libertad y que era más importante pensar en la libertad para algo que en la libertad de…. El año pasado hable de lo que nos enseñan los midrashim y de Najshon y lo importante que es para un líder tener a alguien que lo siga y así motive a los demás. Este año me gustaría hablar del Man (maná) y de Miriam y las voces escondidas de las mujeres en el libro de Éxodo. Dicen los sabios modernos que el man que cae del cielo y nos alimenta durante la travesía del desierto es una planta suave y dulzona que se puede comer cruda y que si se hornea sabe parecido al pan. Ha dado mucho que hablar a rabinos de distintas épocas, han dicho que era un regalo de Dios y a la vez una prueba de nuestra fe. El man viene con las instrucciones de no recoger más de los que necesitamos para los habitantes de nuestra tienda, porque se echa a perder de un día para el otro, y también se nos dice que el viernes caerá doble porción porque en Shabat no debemos trabajar. Personalmente me parece que es una doble prueba, primero para ver si tenemos suficiente fe y confianza en Dios como para no temer que mañana nos faltará, y en segundo lugar prueba nuestra obediencia a Dios de descansar el sábado y nos enseña dos cosas, la primera que creo que es una de las grandes enseñanzas del Shabat es que el mundo gira y continúa aunque nosotros no hagamos nada. A casi todos nos cuesta entender que aunque no construyamos, no trabajemos no hagamos planes, la tierra va a seguir girando como tal cosa. Y el man nos enseña que es así, no dominamos al mundo, lo que necesitamos nos llega el viernes y el Shabat sólo necesitamos descansar, soltar las riendas y que el mundo continuará igual. La segunda cosa que nos enseña, es que acaparar es malo, si tomamos más de lo que necesitamos se echa a perder. Y si en el día de hoy, en la época moderna no se echa a perder, nos echa a perder a nosotros, porque acaparar y no compartir, le hace daño al que acapara. De modo que a mi parecer el man nos da muchas lecciones. En segundo lugar quiero hablar de Miriam, quisiera hablar de los midrashim modernos, todos hermosos y uno en especial que me encanta escrito por la Dra. Ellen Frank, doctora en literatura comparada y profesora de literatura en la Universidad de Brandeis por un tiempo. Escribió un libro de comentarios desde el punto de vista de una mujer sobre los 5 libros de la Torá que se titula “Los 5 libros de Miriam”. En este libro los comentarios son en forma de dialogo entre los Rabinos, los rabinos contemporáneos, las bobes, nuestras hijas haciendo preguntas y algunos personajes bíblicos como la Madre Sara. El libro comienza con un midrash moderno que nos cuenta que el 6º día de la creación: Dios creó varios milagros, uno el burro parlante de Balaam, el útero siempre joven de Sara, el arco iris y muchos más, quizás el más maravilloso fue el pozo de Miriam. Dios se lo dio a cuidar al ave Fénix que lo escondió en su nido hasta que Shejiná, la parte de Dios más compasiva y que está en la tierra lo llamara, Dios lo llamó para consolar a Adam y Eva después de su expulsión, lo volvió a llamar cuando Sara arrepentida de su crueldad con Hagar le pidió agua para ella y por fin para que acompañara a Miriam y a su pueblo a través del desierto. Mientras Miriam vivió el pozo de agua la acompañó a todas partes. Cuando ella murió el pozo desapareció. Hay quien dice que no pudo entrar en a tierra prometida, otros dicen que está escondido en el fondo del mar y otros que volvió al nido del ave Fénix. Sea como fuere lo están cuidando las hijas Miriam y cuando una mujer hace cosas cariñosas, tiernas, cuida a enfermos arrulla a un bebé siempre aparece aunque lo vea sólo la mujer misma. Este midrash es una hermosa poesía en prosa que trata de darles voz a las mujeres de la Torá. El libro fue publicado en el año 1998. En nuestra porción de Torá, Miriam y las mujeres, como parece haber sido costumbre en esta época en Medio Oriente cantan y bailan para celebras la victoria. Aparece sólo una estrofa de esa canción que es una repetición de lo que canta Moshé. Pero desde los comienzos del Siglo XX muchos estudiosos contemporáneos de la Biblia, han encontrado evidencia sociológica, musicológica, histórica y literaria que apoyaría la idea que la canción fue realmente de Miriam, pero que sociedades posteriores más patriarcales cambiaron la versión. Hay una antigua tradición manuscrita que la llama la Canción de Miriam, en los rollos de Qumram se la menciona muchas más veces a Miriam que en la Torá, lo cual explicaría más porque en la parashá de hoy, Miriam es llamada la profetisa, sin mucha explicación anterior. Algunas de las explicaciones dadas son que la halajá, la ley judía tiene una gran influencia sociológica de su época. Y la Torá cuando fue canonizada también trata de hablarle a la gente de su época, por ejemplo, el espíritu de la Torá obviamente está en contra de la esclavitud por todas las trabas y condiciones que ponen pero en el medio ambiente en que viven era lo común, y aceptado y las costumbres arraigadas conviene que se cambien de a poco. Lo mismo puede haber pasado con el estatus de la mujer, se adaptó al medio ambiente que los rodeaba. De todos modos en la Hagadá Latinoamericana proponemos poner un vaso de agua al lado de la copa de vino de Eliahu, representando a Miriam y a todas las mujeres por medio de ella. Quiero aclarar que no soy una feminista recalcitrante más bien creo que fuimos todos creados a imagen y semejanza de Dios y debemos vivir en una sociedad donde nos complementamos y y aprovechamos las maneras distintas de enfocar las cosas de los hombres y las mujeres pues esto nos enriquece. Nota de MJ: Los artículos de las colaboradoras publicados en esta sección aspiran a generar el diálogo y son responsabilidad exclusiva de las firmantes, representando la opinión personal de sus autores. |
AutorMujer y Judaísmo Archivos
Enero 2019
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